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El absurdo alarmismo de las vacas locas


Por ESTHER SAMPER (SHORA)

Dos muertes ocasionadas por el mal de las vacas locas cuya infección se remonta a hace más de 8 años vuelven a poner de actualidad la enfermedad. Y con ello, la alarma social que vive como recientes unos hechos que en realidad son de hace años.

Istockphoto

Cuando llevas un tiempo en esto de la divulgación médica, escribiendo sobre temas diversos relacionados con la salud y la enfermedad y leyendo noticias realizadas por los medios de comunicación, es fácil llegar a una serie de conclusiones casi universales:

  1. Un buen titular lo suficientemente ambiguo, incompleto o descontextualizado puede convertir un hecho que no es noticia en noticia.
  2. Determinadas enfermedades poco importantes para la población en cuestiones de mortalidad y morbilidad son carne de cañón de la morbosidad de la población de a pie y, sobre todo, de periodistas.
  3. La ignorancia en temas sanitarios de la población junto al sensacionalismo o exageración de los medios de comunicación, desencadena en muchos casos alarma social. Una alarma social que se asienta en un miedo irracional.
  4. Y, una vez que ya se ha desencadenado ese miedo, los periodistas recurren entonces a noticias con tranquilizadoras referencias a autoridades para sembrar la calma en la población con más o menos fortuna.

Este proceso es lo que yo llamo el bucle dual hipócrita de titular alarmista y párrafo final tranquilizante. Otras veces, se trata de un bucle dual hipócrita de temporada de noticias alarmistas sobre un tema y sus posteriores noticias tranquilizadoras con referencias a autoridades o expertos. El objetivo, consciente o inconsciente, es recibir visitas/lecturas manteniendo un ciclo de miedo y alivio con la expectación que ello conlleva.

El asunto de las vacas locas tiene todo lo anterior. Tiene titulares alarmistas: "El mal de las "vacas locas" regresa con dos muertes". Tiene párrafo final tranquilizador del Ministerio de Sanidad y también tiene, cómo no, alarma social. Aunque se puedan contar con los dedos de una mano la cantidad de muertos en España por las vacas locas, tiene la peculiaridad de llamar la atención y de sembrar el pánico.

El problema de estas noticias es que el miedo es más llamativo y rentable que las opiniones tranquilizadoras. De hecho, para el miedo se reserva el titular y para las opiniones tranquilizadoras los párrafos finales. Todo esto lleva a los siguientes problemas:

  • Hay mucha gente que no lee más allá del titular y del primer párrafo.
  • Bastantes personas desconfían sistemáticamente de las autoridades.
  • Pocas personas se quedan con el dato tranquilizador y muchos con el alarmista.

Todo esto conduce a que las dos muertes por las vacas locas se hayan convertido en noticia y estén causando alarma. Porque, por mucho que insistan, las dos muertes no son una noticia, no cuando tienen un origen en una infección de ocho o más años atrás. Precisamente es ese el dato clave que queda escondido entre los párrafos de las noticias. Ese dato que desconoce mucha gente y que no llegan a leer o del que no se fían: Que la enfermedad ocasionada por el consumo de carne de vacas locas infectadas por el prión puede tardar una media de 10 años en mostrar los síntomas o incluso puede tardar más de 30 años. Es lo que se denomina periodo de incubación.

Claro que ese dato no vende y, por tanto, no se pone en el titular, que queda más o menos así: "Regresa el mal de las vacas locas". Una buena forma de convertir en noticia de actualidad un hecho de hace 8 años y de provocar el miedo haciendo pensar que realmente sigue habiendo carne contaminada.

La coherencia con la realidad y la tranquilidad no vende. El titular más adecuado sería: "Mueren dos personas que se infectaron por el mal de las vacas locas hace 8 años" Pero no hay susto ni actualidad y tampoco consigue las lecturas del titular con " el regreso de las vacas locas". Resulta mucho más rentable poner un titular alarmista y tranquilizar al final.

Y mientras, las acciones de Pescanova suben, la gente va diciendo que no va a tocar la carne de vaca durante una temporada y los ganaderos se echan a temblar por el descenso en el consumo. Pero que no se les ocurra echarle la culpa a los periodistas por la alarma social, que ellos ya han informado con un bucle dual hipócrita.

Ahora es tiempo de vacas locas, otra veces es por meningitis. Tanto uno como otro darán jugo durante varias décadas. Si tenemos en cuenta que la incubación del mal de las vacas locas puede durar hasta 30 años, tenemos 20 años de posibles muertes puntuales por esta enfermedad. Y yo ya me veo a las vacas locas "regresando" más veces a los periódicos que Rocky al ring o Rambo a la batalla.

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