Una buena iniciativa de medio ambiente y razas autóctonas en peligro.
CAMARGO, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Naturaleza y Hombre (FNYH), encargada de la restauración hidrológico-forestal de la reserva de las Marismas de Alday, situadas en Camargo, ha introducido en el humedal 16 caballos losinos con el objetivo de que se coman el rebrote de los plumeros existentes y mantener así la marisma en un estado de conservación favorable para las especies que la habitan.
Con esta actuación se pretende dar solución a dos problemas: por un lado, evitar que estas plantas invasoras colonicen de nuevo el humedal, y por otro la reproducción del caballo losino, especie autóctona de la montaña pasiega y que en estos momentos está en peligro de extinción.
Este trabajo ha sido posible gracias a la acción conjunta de FNYH y la asociación de criadores de caballo losino 'El Bardojal', que promueve la preservación de este équido de montaña.
Así lo explicaron hoy durante su visita a las marismas de Alday el consejero de Medio Ambiente, Francisco Martín; el alcalde de Camargo, Ángel Duque; el presidente de la Fundación Naturaleza y Hombre, Carlos Sánchez, y una representante de la Asociación 'El Bardojal', Raquel Oña.
Según destacó Martín, la Fundación Naturaleza y Hombre ha buscado, "con buen criterio", una "solución natural" para luchar contra la ocupación de la zona salada de los plumeros. "Tenemos un caballo capaz de comerse el plumero y que además es una especie autóctona de los montes de Cantabria", apostilló.
El proyecto de restauración hidrológico-forestal de la zona salada de Alday, subvencionado por la Consejería de Medio Ambiente con 198.679 euros, incluye, además, la creación de una laguna con una superficie de 5.778 metros cuadrados que actúa como área de refugio y nidificación de aves; el desbroce de 2,43 hectáreas, y medidas tendentes a facilitar la gestión sostenible y la preservación del equilibrio ecológico del humedal.
El consejero señaló que las marismas de Alday se encuentran dentro del medio ambiente "peri urbano", la zona "más peligrosa y agredida" debido a su ubicación "a caballo" entre Santander y Camargo, "lugar más ocupado de Cantabria y con mayores presiones urbanísticas".
Además, Martín lamentó que lo que estropean los seres humanos "se tarda mucho en recuperar" y que, por ello, "la mayoría de las gestiones medio ambientales se disfrutan en el futuro".
"UN MILAGRO"
Por su parte, el alcalde de Camargo manifestó que hace 20 años "todo el mundo" daba por perdida esta zona y, sin embargo, gracias a la declaración como espacio protegido y al "tremendo impulso" que está recibiendo la zona, "lo que parecía el sueño de tener una zona verde maravillosa se está convirtiendo en realidad".
En este sentido, Duque subrayó que aunque parece un "milagro" han conseguido conservar las marismas de Alday, "un patrimonio que van a disfrutar muchísimo las nuevas generaciones". Igualmente, dijo que ha sido una tarea "lenta y difícil" en la que este espacio ha padecido "gobiernos sensibles y gobiernos menos sensibles".
El presidente de la Fundación Naturaleza y Hombre, Carlos Sánchez, señaló que se han encontrado con "múltiples problemas" para mantener la marisma en un estado favorable para las especies que la habitan, ya que las plantas invasoras han vuelto a colonizar el humedal a pesar de que las habían erradicado. "Una vez realizado un desbroce mecánico, los caballos ayudarán a mantener a esta especia invasora a raya", sentenció el presidente.
Además, Sánchez destacó que no han querido utilizar medios químicos para eliminar los plumeros, ya que es una zona "sensible" donde hay especies de fauna y flora "muy interesantes".
ENTRE 2.000 Y 3.000 ESPECIES
Según explicó, antes de que la fundación trabajase en la recuperación de la marisma, en las charcas se podían ver entre 10 y 15 aves invernantes, mientras que actualmente hay concentraciones de 2.000 y 3.000 ejemplares de muy diferentes especies, entre las que se hallan las aves más amenazadas de los humedales españoles.
Por su parte, la responsable de la Asociación 'El Bardojal', Raquel Oña, explicó que el caballo losino se puso en peligro en el momento en que dejó de ser útil para la labranza, ya que los ganaderos los llevaban a los mataderos. Por este motivo, consideró que "la llave para su pervivencia" es encontrar nuevos usos a esta raza.
CAMARGO, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Naturaleza y Hombre (FNYH), encargada de la restauración hidrológico-forestal de la reserva de las Marismas de Alday, situadas en Camargo, ha introducido en el humedal 16 caballos losinos con el objetivo de que se coman el rebrote de los plumeros existentes y mantener así la marisma en un estado de conservación favorable para las especies que la habitan.
Con esta actuación se pretende dar solución a dos problemas: por un lado, evitar que estas plantas invasoras colonicen de nuevo el humedal, y por otro la reproducción del caballo losino, especie autóctona de la montaña pasiega y que en estos momentos está en peligro de extinción.
Este trabajo ha sido posible gracias a la acción conjunta de FNYH y la asociación de criadores de caballo losino 'El Bardojal', que promueve la preservación de este équido de montaña.
Así lo explicaron hoy durante su visita a las marismas de Alday el consejero de Medio Ambiente, Francisco Martín; el alcalde de Camargo, Ángel Duque; el presidente de la Fundación Naturaleza y Hombre, Carlos Sánchez, y una representante de la Asociación 'El Bardojal', Raquel Oña.
Según destacó Martín, la Fundación Naturaleza y Hombre ha buscado, "con buen criterio", una "solución natural" para luchar contra la ocupación de la zona salada de los plumeros. "Tenemos un caballo capaz de comerse el plumero y que además es una especie autóctona de los montes de Cantabria", apostilló.
El proyecto de restauración hidrológico-forestal de la zona salada de Alday, subvencionado por la Consejería de Medio Ambiente con 198.679 euros, incluye, además, la creación de una laguna con una superficie de 5.778 metros cuadrados que actúa como área de refugio y nidificación de aves; el desbroce de 2,43 hectáreas, y medidas tendentes a facilitar la gestión sostenible y la preservación del equilibrio ecológico del humedal.
El consejero señaló que las marismas de Alday se encuentran dentro del medio ambiente "peri urbano", la zona "más peligrosa y agredida" debido a su ubicación "a caballo" entre Santander y Camargo, "lugar más ocupado de Cantabria y con mayores presiones urbanísticas".
Además, Martín lamentó que lo que estropean los seres humanos "se tarda mucho en recuperar" y que, por ello, "la mayoría de las gestiones medio ambientales se disfrutan en el futuro".
"UN MILAGRO"
Por su parte, el alcalde de Camargo manifestó que hace 20 años "todo el mundo" daba por perdida esta zona y, sin embargo, gracias a la declaración como espacio protegido y al "tremendo impulso" que está recibiendo la zona, "lo que parecía el sueño de tener una zona verde maravillosa se está convirtiendo en realidad".
En este sentido, Duque subrayó que aunque parece un "milagro" han conseguido conservar las marismas de Alday, "un patrimonio que van a disfrutar muchísimo las nuevas generaciones". Igualmente, dijo que ha sido una tarea "lenta y difícil" en la que este espacio ha padecido "gobiernos sensibles y gobiernos menos sensibles".
El presidente de la Fundación Naturaleza y Hombre, Carlos Sánchez, señaló que se han encontrado con "múltiples problemas" para mantener la marisma en un estado favorable para las especies que la habitan, ya que las plantas invasoras han vuelto a colonizar el humedal a pesar de que las habían erradicado. "Una vez realizado un desbroce mecánico, los caballos ayudarán a mantener a esta especia invasora a raya", sentenció el presidente.
Además, Sánchez destacó que no han querido utilizar medios químicos para eliminar los plumeros, ya que es una zona "sensible" donde hay especies de fauna y flora "muy interesantes".
ENTRE 2.000 Y 3.000 ESPECIES
Según explicó, antes de que la fundación trabajase en la recuperación de la marisma, en las charcas se podían ver entre 10 y 15 aves invernantes, mientras que actualmente hay concentraciones de 2.000 y 3.000 ejemplares de muy diferentes especies, entre las que se hallan las aves más amenazadas de los humedales españoles.
Por su parte, la responsable de la Asociación 'El Bardojal', Raquel Oña, explicó que el caballo losino se puso en peligro en el momento en que dejó de ser útil para la labranza, ya que los ganaderos los llevaban a los mataderos. Por este motivo, consideró que "la llave para su pervivencia" es encontrar nuevos usos a esta raza.