El año 2013 se presenta muy complicado para todos los agentes de la
cadena alimentaria. Un año más, los agricultores y ganaderos se
enfrentan a una situación de gran dificultad para cubrir sus costes de
producción, las industrias alimentarias a un crecimiento continúo de la
marca del distribuidor y la distribución alimentaria a un consumidor
cada vez más preocupado por el precio de los alimentos.
Desde mi punto de vista, algunas de las tendencias que veremos en el consumo y en la cadena alimentaria, en el año 2013, serán:
1.- El año del desperdicio alimentario.
Se multiplicarán las iniciativas para reducir el desperdicio
alimentario. Ya en 2012, los medios de comunicación pusieron encima de
la mesa la cantidad de alimentos que se desperdician. La FAO y la Unión
Europea abordaron este problema. En 2013, se buscarán maneras para
reducir la cantidad de alimentos que se desperdician y se buscarán
fórmulas para su reutilización y redistribución.
2.- Frente a la banalización, valorización.
Muchas categorías de alimentos han perdido su valor, convirtiéndose
en generadoras de volumen y no de margen para la distribución. Son
alimentos que son percibidos por los consumidores como básicos. Existe
una conciencia en el sector de que es necesario volver a generar valor
en esos productos y de que hay que buscar estrategias colaborativas para
conseguirlo.
3.- El triunfo de las categorías premium.
Aunque la crisis económica azota prácticamente a todos los hogares,
hay determinadas categorías de alimentos que se han posicionado en un
segmento de calidad, conocido como premium, y que constituyen un lujo accesible para unos consumidores que, de vez en cuando, les gusta darse un homenaje.
4.- La regulación de la cadena alimentaria.
Después de muchos intentos, en 2013, finalmente se aprobará la Ley para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria.
5.- La preocupación por la salud, por encima del precio.
Los consumidores siguen preocupados por su salud, y son conscientes
de que quieren cuidarla a través de su alimentación. En estos casos, la
preocupación por la salud se impone al factor precio.
6.- Las nuevas tecnologías se aplicarán para conocer mejor los productos.
Los nuevos dispositivos móviles que permiten leer códigos de barras o
códigos BIDI permitirán a los consumidores acceder a información sobre
los productos que no puede ser plasmada en las etiquetas, lo que abre un
campo de actuaciones inmenso.
7.- La venta directa y los canales cortos.
Ya en el año 2012 se comenzó a extender este tipo de iniciativas de
ventas, en los que los productores ofrecen, sin intermediarios, sus
productos. En 2013, se intensificarán estas iniciativas y adquirirán más
popularidad.
8.- Los productos locales llegarán a la distribución organizada.
Ligado con la tendencia anterior, se producirá una mayor presencia de
los productos de la región o locales en los establecimientos de
distribución organizada. El espacio dedicado a este tipo de productos
aumentará, así como su promoción e identificación.
9.- El comercio electrónico no despegará.
A pesar de las tendencias anteriores, el comercio a través de
internet no terminará de despegar debido fundamentalmente a los costes
logísticos que siguen sin hacer rentable esta modalidad de venta para el
distribuidor.
10.- La transparencia y la historia del producto cuentan.
El consumidor quiere saber qué hay detrás de los productos (materias
primas, proceso de elaboración, trazabilidad, etc.) por eso, se
potenciará el contar historias seductoras a los consumidores sobre la
historia de las empresas y de los productos que fabrican o venden.